LA DIVERSIÓN DE LA DIVERSIDAD

 


ELEMENTOS DE AT

LA DIVERSIÓN DE LA DIVERSIDAD

 Por Daniel Katz
Acompañante Terapéutico - Analista

Que una parte de la humanidad esté provista de un pene y la otra parte, provista de una vagina, nos anoticia de que cada uno de nosotros, estamos de paso y estamos prontos a partir. El sexo es el chip letal con el que venimos programados. Esto no es ni verdadero ni falso. Es real. Reproducción sexuada de la especie. Cosa que no le ocurre a esos seres llamados unicelulares, que son infinitamente más, en número, que nosotros. En determinado momento de su ciclo vital se dividen en dos y siguen con sus cosas. Bipartición, gemación o esporulación. Nada de velatorio, nada de cadáver, nadie a quien extrañar. Inmortales bacterias y protozoos. Pero a nosotros,  al final, siempre nos llega el momento en que lo sexual, lo macho-hembra, nos golpea la puerta para cobrarse la deuda. Sexo y muerte van de la mano. La especie gana, el individuo pierde. Esto a cuenta de la biología.

Pero esto es solo el contenido del frasco... falta la etiqueta, que entra por los sentidos, por la percepción. Al sexo anatómico, eso con lo que ya venimos de fábrica, falta adosarle la dimensión de lo adquirido, de nuestro modo particular. Identidad, la tarjeta de presentación de nuestro goce particular. Pansexual, intersexual, queer, homosexual, trans, hombre, mujer; hetero, bi, tercer género, nuevas masculinidades, feminidades... todas nominaciones provisorias... diversidad y pluralidad!!!. Podemos auto-percibirnos como queramos o como podamos. Identificarnos con las imágenes que mejor nos anclen a este mundo. Podemos ponernos el ropaje que más nos plazca o que mejor nos quede. Las maneras de gozar se multiplican por un número igual a la cantidad de singularidades existentes en este planeta. La perspectiva de género se multiplica. Lo "hombre y mujer" pierde su apogeo, la hegemonía que supo tener... son un semblante más entre otros... se desdibujan, se difuminan. Lo "H-M" es reemplazado por lo LGTB. El género avanza sobre el sexo. La identidad avanza sobre el órgano. El niño del siglo XXI elige y autonomina su género, rechazando la anatomía de fábrica. La identidad parece dar más certeza que el órgano mismo. El endocrinólogo Norman Spack de Bostón, escribe: "Es preciso que el niño no sea rehén de su cuerpo". "No se concentre en la anatomía de una persona, pasada o presente" aconseja Thu-Huong Ha en el magazine virtual Ideas.

Pérdida de la diferencia sexual y perspectiva de género...¿se trata de un nuevo paradigma de lo sexual?. Tal vez si, tal vez no. Pero, si nos adelantamos en el pasado, podemos ver que la diferencia entre los sexos tuvo sus temblores y sus puestas entre paréntesis en otros tiempos. Si, parados desde la modernidad, tenemos que hacer un viaje hacia el pasado, deberemos atravesar la espesa capa del Renacimiento, que no nos deja ver lo que ocurría en la Edad Media. El Renacimiento significó barrer, eclipsar las vivencias, creencias y cultura de la Edad Media, donde las religiones paganas de antaño, iban preparando su adiós, frente a un cristianismo ascendente. Pero todavía resistían. Demonios, sátiros, faunos y espíritus paganos, todos sexuados, con masculinidades y feminidades diversas, seres intermediarios entre los dioses y los hombres, todavía copulaban y realizaban obscenidades de todo tipo. No se resignaban a ser olvidados., 

El cristianismo, legalizado por el emperador romano Teodosio I El Grande, como religión oficial a partir del año 380 de nuestra era, entre todos sus ejes temáticos, tuvo un tópico que quiero resaltar y que preocupó a importantes pensadores y teólogos de la Edad Media y que vienen al caso considerar: los ángeles. El campo de lo angelical, entraba en conflicto con la diferencia sexual, con el hombre y la mujer.

No somos ángeles

La temática de los ángeles, tenía dos aristas interesantes. En principio, los ángeles eran seres suprasensibles, prácticamente invisibles (representados en el arte pictórico de los siglos XV, XVI y XVII, como bellos seres alados), intermediarios entre Dios y la humanidad. Eran fundamentalmente, mensajeros, siendo ellos los que tenían acceso a Dios. Eran inteligencias portadoras de palabras habladas que, desde lo celestial, le llegaban a los hombres en carácter de mensajes. Hubo ángeles célebres como San Miguel, San Gabriel o San Rafael. Tomás de Aquino, una de las mentes más brillantes del Medioevo, tuvo gran interés por los ángeles. Este carácter de mensajería, de palabras que fluyen de arriba hacia abajo, desde los cielos a la tierra, nos tienen que resultar harto interesante para el campo de lo que hoy llamamos comunicación.

Pero aquí viene lo importante para nosotros. Los ángeles eran seres asexuados, carecían de sexo. En contraposición a los seres de las religiones paganas, los ángeles no copulan entre sí ni con los humanos. 

De alguna manera, los ángeles que proponía el cristianismo, venían a tomar el relevo de los dioses y seres intermediarios de las costumbres paganas.

Este carácter de asexuados con que se investía a los ángeles, poco a poco, comenzó a ser digno de imitar en el ambiente religioso de la época. Se incitó a los seres humanos a ser como los ángeles, a despojarse de lo carnal, para alcanzar el estado de mensajeros. Se organizaron monasterios y conventos con miras a que sus habitantes alcanzaran tal estado angelical. Abandonar la diferencia sexual entre hombre y mujer era la meta. La carne y la sangre cayó en el menosprecio general. Lo sexual y lo sanguíneo se tornaron repugnantes. Varios grupos de practicantes religiosos llevaron esto hasta el extremo. Formaron herejías, ya entrado el siglo XI, que rechazaban el matrimonio porque suponía la procreación. El sueño de una humanidad que se reproducía sin copular, estaba en marcha, junto con la aspiración a volver al paraíso perdido del cual fueron desterrados Adán y Eva. Lo masculino y lo femenino era deplorado en pos de una igualdad sexual para todos y todas. Escribió Juan Escoto: "...el sexo, que significa lo que es inferior, ya no pesará sobre los hombres, entonces la tierra volverá a unirse al cielo". En el horizonte estaba el fin de la condena de ser hombre o mujer, el fin de la cópula, el fin de la especie. Todos ángeles. La grieta separaba lo moral (los ángeles) de lo inmoral (el hombre y la mujer). La idea de los ángeles fue el proyecto más ambicioso de nuestra civilización para acabar con la diferencia entre los sexos. En la misma línea asexuada se ubica la Sagrada Concepción de Cristo y la temática de la Virgen Madre. 

La Peste Negra que asoló a Europa, signó el comienzo del fin de la Edad Media, para dar paso al Renacimiento, que acabó con los ángeles y todos los seres intermedios que les precedieron. Todos caídos en el olvido y la represión.

¿En qué medida nos interesa todo esto, a nosotros, acompañantes terapéuticos?. En este pequeño recorrido ubiqué someramente la dimensión biológica, la dimensión "perspectiva de género" y la dimensión medieval cristiana. Tres modos y tres momentos históricos diferentes de tratar con el binario "hombre-mujer", con la diferencia sexual. Obviamente faltan aquí otros momentos y lugares donde la humanidad se las ha ingeniado con esto. Tenemos que considerar el modo en que Oriente se las ha ingeniado con esto. A mi juicio, son todos elementos que debemos tener presentes a la hora de preguntarnos  ¿Que tiene la diferencia sexual, que debe ser tratada de diferentes modos, en diferentes culturas y épocas?. Porque, si nos ponemos a pensar ¿está tan claro y transparente qué es ser hombre y qué es ser mujer, como para rechazar el binario?. ¿El patriarcado explica todo?. Esta asociación entre sexo y muerte que la ciencia nos recuerda, ¿qué tanto pesa en todo esto?¿Cómo se las arreglan nuestros acompañados con la diferencia sexual?, ¿como se posiciona nuestro acompañado o acompañada frente a esto? y ¿como respondemos nosotros, acompañantes, frente a las elecciones y posibilidades creativas de nuestros acompañados/das, frente al enigma de una elección?. 

Entre el siglo XX y el siglo XXI se cayeron las recetas para todos, haciendo que lo particular prevalezca sobre lo universal.

En la película El cielo sobre Berlín (conocida también como Las alas del deseo) dirigida por Wim Wenders, dos ángeles aburridos de su inmortalidad y sintiéndose un poco impotentes frente a los problemas de la gente, se plantean volver a la tierra, como humanos. Parece que captaron algo de la diversión de la diversidad.

 

Daniel Katz - Acompañante Terapéutico

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Referencias:

Stuart Schneiderman: Pasa un angel, New York University - 1988
Georges Duby: La época de las catedrales, Madrid, Cátedra, 1997 (or. 1976)
Georges Duby: El caballero, la mujer y el cura, Madrid, Taurus, 1999
Georges Duby: Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo, Madrid, Taurus, 1980 

Daniel Katz
-Trabajó en APBA (Asociación de Psicólogos de Buenos Aires)
-Estudió formación psicoanalítica en el Hospital Florentino Ameghino
-Estudió Acompañamiento Terapéutico en Acto Terapéutico
-Estudió Acompañamiento Terapéutico en UBA (Facultad de psicología)

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